Dios predijo la crucifixión de Jesucristo en una cruz en el Antiguo Testamento cientos de años antes de que sucediera. La cruz era, para los romanos y los judíos de la época, un símbolo de muerte. Sin embargo, fue este mismo instrumento de tortura y muerte sobre el cual Dios sacrificaría a Su Hijo unigénito por los pecados del mundo.
La Biblia dice: "Pero él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y con sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada uno por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías 53:5-6).
El Nuevo Testamento, hablando de Jesucristo, dice: "Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero..." (1 Pedro 2:24). "Porque al que no conoció pecado, por nosotros (Jesucristo) lo hizo (Jesucristo) pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". (2 Corintios 5:21)
¡Ves, el Señor Jesucristo murió en la cruz en nuestro lugar para morir por nuestros pecados! Nosotros, que merecemos morir (Ezequiel 18:4) y pasar la eternidad en el infierno (Romanos 3:23; Romanos 6:23; Apocalipsis 20:14), podemos recibir el perdón de los pecados y la salvación otorgada por el pago de Jesucristo en el cruz y recibirlo solo como Salvador por fe.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y no de vosotros, pues es DON de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8,9). “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. (Romanos 10:13).
¡La Biblia nos asegura que Jesucristo se levantó de la tumba en victoria sobre el pecado! “Porque antes que nada os he enseñado lo que también recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15). :3,4).
¡Él tomó el símbolo de la tortura y la muerte y lo convirtió en un símbolo de esperanza y vida eterna! ¡El Señor ya no cuelga de una cruz cruel, duerme en una tumba prestada y ocupa un trono celestial (Colosenses 3: 1) desde el cual ofrece vida eterna a todos los que vienen a Él!
Si la cruz hablara, proclamaría el mensaje evangélico de salvación, plena y gratuita, por gracia mediante la fe en el Señor Jesucristo.
La cruz habla
Dios predijo la crucifixión de Jesucristo en una cruz en el Antiguo Testamento cientos de años antes de que sucediera. La cruz era, para los romanos y los judíos de la época, un símbolo de muerte. Sin embargo, fue este mismo instrumento de tortura y muerte sobre el cual Dios sacrificaría a Su Hijo unigénito por los pecados del mundo.
La Biblia dice: "Pero él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y con sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada uno por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías 53:5-6).
El Nuevo Testamento, hablando de Jesucristo, dice: "Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero..." (1 Pedro 2:24). "Porque al que no conoció pecado, por nosotros (Jesucristo) lo hizo (Jesucristo) pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". (2 Corintios 5:21)
¡Ves, el Señor Jesucristo murió en la cruz en nuestro lugar para morir por nuestros pecados! Nosotros, que merecemos morir (Ezequiel 18:4) y pasar la eternidad en el infierno (Romanos 3:23; Romanos 6:23; Apocalipsis 20:14), podemos recibir el perdón de los pecados y la salvación otorgada por el pago de Jesucristo en el cruz y recibirlo solo como Salvador por fe.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y no de vosotros, pues es DON de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8,9). “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. (Romanos 10:13).
¡La Biblia nos asegura que Jesucristo se levantó de la tumba en victoria sobre el pecado! “Porque antes que nada os he enseñado lo que también recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15). :3,4).
¡Él tomó el símbolo de la tortura y la muerte y lo convirtió en un símbolo de esperanza y vida eterna! ¡El Señor ya no cuelga de una cruz cruel, duerme en una tumba prestada y ocupa un trono celestial (Colosenses 3: 1) desde el cual ofrece vida eterna a todos los que vienen a Él!
Si la cruz hablara, proclamaría el mensaje evangélico de salvación, plena y gratuita, por gracia mediante la fe en el Señor Jesucristo.