Juan Calvino ha sido reconocido como el exégeta indiscutible de la Reforma Protestante del siglo XVI. En el año 1559, Calvino fundó la Academia de Ginebra, motivado por la convicción de que una de las necesidades más grandes de la Reforma era establecer una institución educativa que no solo preparase predicadores del Evangelio, sino hombres que pudieran aplicar los principios de la Reforma en todas las áreas de la vida. Calvino llegó a ocupar la cátedra de teología. Fue a lo largo de su carrera pastoral y docente que Calvino llegó a producir uno de los más completos y sólidos comentarios a la Biblia.