David Burt -que atravesó una dura experiencia- describe en seis capítulos el origen del sufrimiento y su lugar en la vida del creyente.
Estamos viviendo el influjo de una peligrosa teología que pregona la prosperidad y la bonanza física, material, económica, anímica y espiritual, como experiencia natural y constante del creyente en Jesucristo.
Sin embargo, al margen de tales presentaciones sesgadas o manipuladoras de la enseñanza bíblica, y que tanto daño pueden causar al pueblo de Dios, el sufrimiento es una parte esencial e ineludible de la experiencia cristiana.
Tarde o temprano, el creyente se encontrará no liberado del sufrimiento, sino más bien, por el contrario, inmerso en él. Y a menos que tenga un concepto muy claro del tema y del propósito de Dios en el sufrimiento, el barco de su fe corre un serio peligro de naufragio.