El Papa Benedicto XVI promulgó Spe salvi (En esperanza fuimos salvados) en el año 2007. La encíclica es una exploración de la virtud teologal de la esperanza y su relación con la redención. El pontífice explica que la esperanza ofrecida por Cristo no es la de la liberación política o la de la abundancia económica, sino más bien la de un encuentro con el Dios vivo que supera todas las consideraciones socio-políticas. La carta se divide en ocho secciones: “La fe es esperanza”, “El concepto de esperanza basada en la fe en el Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva”, “La vida eterna—¿qué es?”, “¿Es individualista la esperanza cristiana?”, “La transformación de la fe-esperanza cristiana en el tiempo moderno”, “La verdadera fisonomía de la esperanza cristiana”, “« Lugares » de aprendizaje y del ejercicio de la esperanza” y “María, estrella de la esperanza”.