Ebook
If you’ve ever found yourself questioning God’s timing, you’ll love the witty, tongue-in-cheek insights of Karon Phillips Goodman’s You’re Late Again, Lord! With nearly a quarter-million copies sold in previous editions, You’re Late Again, Lord! clearly speaks to a felt need—as the subtitle says, this is “The Impatient Woman’s Guide to God’s Timing.” Through chapter titles such as “Knowing Who You Are” and “Rediscovering the Peace That’s Hidden by Worry,” you’ll be encouraged to wait on God, and to spend that waiting time purposefully—by deepening your relationship with the Lord.
Con estilo ingenioso e irónico, Karon Phillips Goodman ofrece apreciaciones que sin duda tocarán cuerdas sensibles en cualquier mujer que haya cuestionado el tiempo del Señor. Con casi un cuarto de millón de copias vendidas en ediciones anteriores, ¡Señor, estás tarde otra vez! habla claramente de una necesidad sentida, como lo sugiere el subtítulo: «La guía del tiempo divino para la mujer impaciente». A través de títulos de capítulos tales como «Averigua quién eres» y «Redescubre la paz que está escondida debido a la preocupación», se anima a las lectoras a desear esperar en Dios y a pasar resueltamente tiempo de espera, a través de profundizar su relación con el Señor.
¿Está atascada en la sala de espera de Dios?
Bueno, tal vez el término “atascada” no sea el correcto. Preferiría decir “detenida”, “atrapada” o “retenida como rehén”. O quizás… quizás, necesite una perspectiva diferente acerca de esperar…
Cualquier cosa por la cual esté esperando que se dé —ya sea conseguir un empleo o comenzar a formar una familia, vender una casa o mudarse, generar más dinero o recobrar la salud— absolutamente todo está bajo el control amoroso de Dios. Y en esa atemorizante “sala de espera” es que Él nos enseña cada vez más sobre Él mismo, sólo si usted se lo permite.
En este libro tan entretenido y perceptivo, Karon Phillips Goodman le mostrará cómo esperar con determinación, al reconocer la gran perspectiva de Dios para su vida, al estrechar más su relación con Él y al acoger los cambios positivos que Él quiere para usted. No piense nunca que está “atascada”, ¡se asombrará de las bendiciones que la espera pueda traerle!